20110625

LA PRIMERA PÁGINA DEL MUNDO


Hace un par de meses, Librerías Gandhi, lanzó una pregunta: Si el mundo se acabara pronto ¿qué querrías inmortalizar? ¿Qué diría el último libro del mundo?

La reglas eran simples: escribir lo que pensarás en no más de una página y esperar.

Yo respondí a esa pregunta con cuatro textos y esperé...


El pasado 5 de mayo, recibí un mail que decía:

"MUCHAS FELICIDADES, ahora ya eres parte de la historia"

A partir del 19 de junio El último libro del mundo, llegó a las librerías y con él la primera página de mi mundo.

Les comparto los dos textos que fueron seleccionados:


MIÉRCOLES

El día que dejé de quererte era miércoles. Recuerdo el instante en que desapareció el piso y por una extraña razón yo permancí de pie. Aún puedo sentir cómo se partió mi alma en dos. Experimenté un dolor profundo e intangible que se convirtió en un inmenso vacío. Mis ojos se quedaron secos y entendí que hay dolores tan fuertes que te paralizan. Fue paulatino. El cariño se hizo amor, el amor, rutina, la rutina, duda y la duda, indiferencia. Y pasó el tiempo. Y un día entré a casa y no me percaté que estabas en la sala. Y me metí a la cama sin decir buenas noches. Nunca me dí cuenta a qué hora te fuiste a acostar, ni me sorprendió que durmieras de espaldas a mí, sin tocarme. Desperté al día siguiente sintiéndo que me ahogaba. Me miré al espejo y descubrí que mi rostro había envejecido 10 años. El piso desapareció y por una extraña razón yo seguí de pie. Era miércoles.


CANDIDATO A MORIR

Soy un buen candidato a morir. Mi muerte es estadísticamente improbable, he pagado puntualmente mis seguros, estoy casado y no tengo hijos. Tengo trabajo y amigos. Amé, me amaron, viajé, disfruté y reí a carcajadas. Los velorios se resumen en un balance de cuentas en la que los asistentes intercambian comentarios sutiles para evaluar el nivel de tragedia del evento. Yo saldré muy bien librado en ese momento y mi muerte no generará reclamos a lo divino. Podría morir esta misma noche. De hecho es conveniente no esperar al fin del mundo. Aún podré gozar de un velorio individual. Sería muy fácil, sólo tengo que despertar a la sombra que lleva meses durmiendo en la mecedora de la recámara y decirle que estoy listo. Sé que será este año. Soy un buen candidato para morir. Me lo repito constantemente y lo haría hoy mismo si no fuera por las malditas ganas que tengo de verte una vez más.


*confieso que aún abro el libro en mi página, cuando nadie me ve, sólo para constatar que mi nombre sigue ahí