20090712

ALGO QUE ME GUSTÓ...


Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien, centro y reposo,
mostrarse alegre, trste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fujitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor: quien lo probó lo sabe.


Félix Lópe de Vega y Carpio
El Fénix de los Ingenios

20090701

Los niños siempre dicen la verdad



No tengo buena memoria, pero aún así recuerdo mi primer día de clases. A pesar de no contar con 3 años cumplidos, mi madre convenció a la directora para que me dejará asistir. Mi examen de admisión consistió en una entrevista con la maestra, en la que supongo que sólo repetí cosas que había escuchado de mis hermanos mayores.

Recuerdo a mamá despidiéndome a la entrada, mientras yo avanzaba por el pasillo amarillo de la escuela EL MAGO DE OZ. Iba de la mano de una señorita, que se presentó como Alma y sería mi maestra. Mis hermanos avanzaban delante de mí y tan pronto cruzamos la reja, se echaron a correr hacia otro patio. Intenté seguirlos, pero Alma me detuvo y explicó:

-Ellos van a la primaria. Tú te quedarás aquí conmigo con amiguitos de tu edad, ¿De acuerdo?

En ese momento empecé a llorar incontrolablemente. No sé si era berrinche, tristeza o miedo, pero sencillamente no pude parar el llanto en mucho tiempo.

Alma seguía intentando consolarme, pero ya pasaban de las nueve y un montón de cabecitas se asomaban por las ventanas del salón observándonos. Yo sentía vergüenza de que tantos niños desconocidos me vieran llorar y quería regresarme a casa con mamá. Entonces Alma, en un tono de voz muy dulce, me dijo:

-Te quedarás aquí en el patio en lo que te tranquilizas. Aquí te dejo unos pañuelos y cuando dejes de llorar, te estaré esperando dentro del aquél salón amarillo con un montón de amiguitos que quieren jugar contigo.

Me dio un beso en la frente y yo me quedé sentadita en el piso del patio. Ya no estaba llorando, pero me sentía muy sola. Dejé la vista detenida en la puerta por la que se habían ido mis hermanos y esperaba poder verlos aparecer en cualquier momento.

Entonces sentí su mano fría sobre la mía y escuché su voz infantil diciendo:

-La primaria no es divertida. Les dejan muchas tareas y no tienen pelotas en el salón.-Volteé la mirada y descubrí su sonrisa traviesa. Estuvimos platicando en el patio cerca de dos horas. Ella llevaba juguetes en su mochila e improvisamos toda una ciudad fantástica. Alma se asomaba continuamente por la ventana y me pedía con señas que entrara al salón. Sin embargo Rosita y yo estábamos tan entretenidas que tardé mucho en hacerle caso.

Rosita fue mi primera amiga. Compartíamos la estatura, la piel blanca, la fecha de cumpleaños y la hora del recreo. Éramos tan parecidas que muchas veces no necesitábamos ni hablar. Bastaba con vernos a los ojos y ya teníamos clara la travesura que haríamos.

Rosita era valiente y divertida. Conocía el edificio a la perfección. Siempre sabía a dónde comunicaban las puertas, dónde estaban los jardines e incluso predecía cuando se acercaban las maestras. Supongo que por eso se escondía tan rápido y sólo me atrapaban a mi.

Recuerdo, también que ese año nos enviaron al salón de castigos más de una vez. Rosita siempre se echaba la culpa de todo, aún cuando a la que descubrían era a mí. Era agradable inventarnos más espacio para estar juntas. Cuando terminó el año escolar nos despedimos como todos los días. A los 3 años no se me hubiera ocurrido hacer otra cosa. Sin embargo, para el segundo año Rosita ya no estaba.

Recientemente y a través del Facebook me reencontré con el grupo de la Primaria. Muchos de ellos también estudiaron conmigo en el Mago de Oz. Varios subieron fotos y es difícil reconocer a la mayoría. Quise hacer mi aportación al sitio y me di a la tarea de buscar fotos de antaño. Encontré las fotos de primero de kinder. Ahí estaba la maestra Alma, tal como la recordaba. También aparecía Gaby que fue mi amiga toda la primara y el niño que me robaba mis dulces. Sin embargo no encontré fotos de Rosita.

Supuse que mi mamá conservaba más claros los recuerdos de esa época, así que fui a revisar en sus álbumes, pero no encontré nada.

-Mami, ¿recuerdas a mi amiga Rosita? ¿La que conocí en el kinder el primer año? ¿Qué fue de ella?

Mi madre me miró con una ternura infinita:

-Mi niña, cuando entraste a la escuela jugabas sola. Te costó casi un año hacer amigos…