20090217

EL DIA 10


El 6 de diciembre de 2004 prometía ser un día como cualquier otro… (Y seguramente lo fue), era martes y yo me dirigía sin especial entusiasmo a mi trabajo.

Pasaban de las 9.00 AM, pero no me preocupaba la impuntualidad y seguía buscando en el radio, algo bueno para cantar.

De pronto una voz me atrapó. Era un extranjero que hablaba sobre los sobrevivientes de los Andes.

Reconozco que inicialmente fue el morbo lo que llamó mi atención. Los sobrevivientes de los Andes, es un tema polémico que dio la vuelta al mundo, por lo extraordinario del suceso, pero sobre todo por la controversia de haberse comido a los cadáveres para subsistir. Lo segundo que me sedujo fue la voz del extranjero. Un tono de voz fuerte y clara, que parece familiar con cada frase.

La entrevista fue avanzando y de un segundo a otro me vi transportada al lugar mismo de la tragedia. Sus palabras me fueron llevando a una situación increíblemente difícil que pudiera replicarse a cualquier crisis de la vida:

“Tienes que superar las crisis con tus propios medios y descubrirlo dentro de ti, tienes que creer tu rol en la vida y tienes que entender que toda historia tiene dos lados”.

Llegué a mi trabajo con la ilusión de haber escuchado una charla profunda, con ciertas reflexiones pendientes en mi cabeza, pero sobre todo con una firme convicción: TENGO QUE CONOCERLO.

¿Por qué?

Quería escuchar completa la conferencia a la que hacía alusión, quería quizás, un poco más de introspección sobre algunos temas que me movieron del relato, quería indagar más sobre el tema y tal vez por 10 razones más que en el momento no recuerdo.

Sencillamente generé una conexión y se me metió la idea en la cabeza.

Ese día, ese hecho y esa meta fijada a las 9.45 AM de un día cualquiera, describen completamente lo que soy. Soy una mujer completamente apasionada de la palabra. Soy perfectamente “motivable” y creo, por sobre todas las cosas en el ser humano, como raza, como grupo, como gremio y como individuo.

Estoy convencida de que las personas ordinarias son las que convierten el mundo en extraordinario y me apasiona encontrar esa magia dentro de cada ser humano.

En fin, con ese particular y personal entusiasmo (y sin mucha imaginación), mandé un mail directo a su página. No parecía una misión muy difícil!

Era un mail breve y que llevaba como único objetivo obtener más información.

Una semana después recibí noticias de su representante que se ponía en contacto conmigo. Amablemente me dio los costos aproximados para que diera una plática, (que efectivamente excedían mi presupuesto), descubrí que mi gran meta y mi voluntad inquebrantable, no eran tan firmes.

Al menos conseguí el libro que había escrito al respecto, y bueno, si bien no era la plática que buscaba, supongo que era un buen inicio.

Sin muchos contratiempos el libro llegó a mi vida. La primera vez debo confesar que lo devoré; no dejé espacio para las comas, para los puntos, ni para reflexionar. Estaba tan emocionada!, pensé que al menos esto podría considerarse en parte, como objetivo cumplido; a través de su libro y de precisamente las palabras que el buscaba compartir, yo podría entender la historia, asimilarla y hacerla mía. Y así fue, me di la oportunidad de leerlo una segunda vez, de transportarme a ese tiempo, a ese momento, de vivirlo, de sentirlo, de oler el frío, de tener miedo, de vivir la desesperación y mediante analogías pasarlo a mis propios miedos, a mi propio invierno y a mis propios retos.

Leerlo fue un buen final para 2004!!, leerlo en invierno, igual que terminó la pesadilla de los Andes para 16 personas, igual cayó el mensaje en un corazón ávido de motivación, de lucha y de ganas de transformar el mundo. “Después del día 10” (el título del libro) se ganó un lugar en mi lista de “interesantes” y así es como terminó la historia en 2004.

Bien sabía que no podría pagar la plática, pero decidí dejar que la vida me sorprendiera en ese sentido. A veces pienso que basta con desear algo, para que el universo confabule en conseguirlo.

Empezó 2005 como empiezan casi todos los años: con prisa y desorden. Los días se amontonaron uno detrás de otro y casi no dejaban tiempo a que los minutos transcurrieran dentro de ellos. Ese año lo suelo llamar “el año de las separaciones”, pues curiosamente hubo varios rompimientos, tanto laborales como personales y todos ellos me dolieron; unos en mayor medida que otros, pero en general empecé el año con un corazón raspado.

Y la vida me sorprendió.

A principios de febrero recibimos una invitación de recursos humanos para toda la compañía para asistir a una plática. No había mucha información al respecto, pero mencionaban algo de “superación en situaciones extremas”

¿Será? – Pensé yo, mientras leía el mail….

No quise quedarme con la duda, así que confirmé mis sospechas. La invitación era para el extranjero y la plática sería precisamente aquella que no pude escuchar en el radio el diciembre anterior.

En ese momento me autoconvencí de que yo conspiré a mi favor. Sé que yo he atraído a la gente que he querido conocer y no fue ni la primera, ni la última vez que sucederá. Hay quien lo llama una “coincidencia”, yo lo llamo magia.

… Y un día como hoy hace 4 años, escuché una charla que tenía pendiente. Dejé que sanaran aquellos dolorcitos que traía arrastrando. Me di la oportunidad de encontrar mis días 10, mis autolimitaciones y traté de absorber un mensaje positivo e inspirador.

Muchas personas se burlaron de mí. La gran mayoría no encontró gran valor agregado a la plática, o no le pareció un mensaje importante. Más allá del tema “taquillero” del accidente, para muchos no tuvo relevancia.

Yo sigo pensando que escucharlo cambió mi vida. Quizás no por lo que dijo, sino porque yo quería cambiar mi vida y hay mensajes que hacen eco, sólo cuando representan una voz interior.

Hoy es un buen día para recordarme escuchar mi voz interior.

20090209

OCEANO MAR


Me habías recomendado el libro más de una vez…

La primera ocasión estoy segura que no presté atención y ni siquiera me tomé la molestia de anotarlo.
La segunda vez, estaba muy clavada con los libros que leía en ese momento y no tenía interés de cambiar de giro. Anoté el título para después, pero no recuerdo dónde lo puse.
Quizás fue la consistencia (y constancia) con que siempre mencionabas el mismo libro, lo que realmente despertó mi curiosidad. No me interesaba el título, no conocía al autor y no pudiste darme ninguna síntesis de la trama.
Lo volviste a mencionar una tercera vez y ahora sí puse atención, escribí el título y el autor. Esa misma tarde lo compré. Aún no tenía la intención de leerlo, pero al menos ya lo tenía a la mano.

Hubo en esa época un viaje en puerta y ya tenía seleccionado el libro para ese viaje, sin embargo y sólo a manera de necedad, incluí a Baricco en la maleta.

14 días después y tras una larga espera de 6 horas en el aeropuerto (pues el vuelo se había demorado) , pudimos por fin, subirnos al avión que nos traería de regreso a casa. Había sido un viaje especialmente cansado, así que tomé el libro en mis manos, sabiendo que no avanzaría más de 2 páginas, pues un sueño profundo llegaría a mí….
Pero no fue así….
De alguna forma la historia empezó a llamar mi atención. Su narración peculiar y la cantidad de historias que parecieran no tener conexión se transformaron pronto en un rompecabezas mental que despertaba mi curiosidad.

...Y esos personajes mágicos que encendieron mi imaginación, como pocas veces.
...Y el mar siempre como eje de toda la historia, como testigo de los relatos, como directriz de los eventos.
...Y la posada “Almayer”, tan ficticia como real, tan frágil como arena, pero capaz de contener historias que no pueden leerse sin sentirse.
...Y un final que se precipita tan obvio como imposible.
...Y leí Oceano Mar de un jalón.
...Y lo leí entre Buenos Aires y Cancún.
...Y al terminarlo aún tenía ganas de seguir leyendo.
Océano Mar es un libro en el que no hay personajes secundarios. Cada uno como protagonista de su propia historia y como complemento de otro personaje. Cada uno con un sentimiento profundo e imperfecto, que es necesario para la existencia de todos los personajes de la trama.

Un libro que me invitó a buscar en mi interior todas esas historias, todos esos personajes y todo ese mar.

Un libro que volveré a leer algún día en Patagonia...