20090517

EXTRAÑOS


Para llegar a mi trabajo en las mañanas puedo elegir entre cuatro caminos.

La primera opción consiste en avenidas principales. En esa ruta hay muy pocos semáforos y, aunque en teoría debiera ser rápida, suele ser la más congestionada.

La segunda alternativa considera una calle importante, sin que sea eje vial. Hay muchos semáforos y en ambos lados de la acera se observan montones de tiendas de marca. A pesar de eso, en las mañanas suele no estar tan abarrotada.

El tercer camino es una zona más fea. También considera avenidas principales pero atraviesa una zona industrial. Es la ruta más rápida, aunque implique un poco más de rodeo. La uso, sólo cuando llevo mucha prisa.

La cuarta opción puede decirse que es la ruta "turística". Me voy por calles internas de Polanco (una colonia "nice" de la ciudad) y paseo por rincones que siento que ya he hecho míos: la tienda dónde venden unas tortas buenísimas, la farmacia que entrega a domicilio, el restaurante que abrió una amiga, el puesto de comida oaxaqueña, el SPA, la escuelita dónde van los niños de uniforme amarillo, un par de jacarandas enmarcando una glorieta y, justo en la esquina, un edificio viejo de tres pisos que contrasta con el nuevo conjunto habitacional que construyeron al lado.

Hace un par de años iba manejando por este camino y al pasar por enfrente del edificio viejo, me pareció ver a una persona en la ventana. Fue una mirada muy rápida y me llamó mucho la atención porque me pareció ver que no llevaba camisa.

Reconozco que la curiosidad me hizo tomar ese camino al día siguiente y pasé más despacio por el mismo sitio. En esta ocasión pude constatar que el hombre se estaba bañando y que la ventana que daba a la calle dejaba ver todo el torso desnudo.

El sujeto parecía satisfecho de disfrutar de ambos baños a la vez, el rutinario y el baño de sol, que tomaba a través de su ventana descaradamente abierta.

Al principio me sentí una fisgona y metiche por haber "espiado" a la persona. Sin embargo, al darle una segunda pensada, me parecía raro que alguien tuviera la ventana del baño abierta y sin cortina, consciente de que cualquier persona podría observar tan íntimo suceso. En ciudades como en la que vivo, estamos acostumbrados a encerrarnos en nuestos espacios y no permitir la visita de miradas extrañas. Es raro encontrar gente en balcones o personas asomadas a la calle.

Probablemente la persona que yo observé era un extranjero, pues no se me ocurre que alguien acostumbrado a vivir aquí, deliberadamente dejara una ventana sin cortina.

Aunque no pasaba seguido por ese camino, me acostumbré a levantar la vista y enfocar la ventana del baño del tercer piso, cada que cruzaba por el edificio. Aprendí también que si llegaba a ver el chorro de agua saliendo por la regadera, era señal de que iba a llegar 5 minutos tarde al trabajo. También aprendí que el muchacho se bañaba de frente a la regadera y que acostumbraba cantar. Incluso alguna vez hasta me pareció verlo bailando.
Y alguna vez, quizás a causa de una desvelada o de acumulación de problemas sólo lo observé estático dejando que el chorro de agua le recorriera la espalda.

Es curioso cuántos desconocidos incluimos en nuestra vida como parte de un paisaje que pensamos estático. Nuestras rutinas parecieran compartirse con el mismo grupo y sin darnos cuenta llegamos a conocer más de esas personas que de aquellas a quienes tenemos más cerca.

Cuando viajaba en metro, podía decir qué libro estaba leyendo cada uno de los cuatros paseantes que coincidiamos siempre en la misma ruta. Y confieso que sentía una curiosidad incontrolable por preguntar cuando se había terminado una lectura. "¿le habrá gustado?".

Es probable también que les esté inventando historias que no tengan que ver con la realidad. Y me pregunto también si yo no seré el blanco de la imaginación de extraños a mi paso. Veo rostros en mi camino que he vuelto familiares: la mujer que me entrega el Publimetro todas las mañanas y que aparenta una pena real, cuando se le agotan antes de que yo llegue, el policía de la entrada del fraccionamiento que saluda con una sonrisa de oreja a oreja, la mujer que espera el autobus con sus dos hijos y normalmente lleva pantuflas, el muchacho que pide limosna en el semáforo, aunque a decir verdad se ve muy sano y fuerte. Y así añadí la historia de ese extranjero que se baña alrededor de las 9.00AM

Somos testigos silenciosos de la vida de los otros y me causa cierta vulnerabilidad saber que hay alguien que de igual forma, descifre mis rutinas. Tal vez por eso, no acostumbro siempre ir por el mismo camino; quizás por eso leo tres libros a la vez; escucho estaciones diferentes en el radio y pretendo no ser yo a veces. Probablemente es un juego tonto y eso me vuelve aún más predescible.

La semana pasada tomé de nuevo la ruta "turística". Sabía que iba a llegar tarde, pero quería darme una vuelta por mis rincones de Polanco. Quería observar cómo lucían después del encierro voluntario al que nos sometimos. Me acerqué a la glorieta de las jacarandas que lucían con su tono lila mágico más intenso que nunca y ví al edificio igual de viejo. La ventana del piso uno cerrada con su cortina color café claro, el segundo piso con las cortinas blancas y la ventana entreabierta; y al detener mi vista en el tercer piso, choqué con un letrero grande, justo en la ventana que ahora estaba cerrada, que decía: SE RENTA.

3 comments:

SM said...

A veces olvidamos que no solo nosotros tenemos vidas complejas, enredadas. Todos tenemos vericuetos que recorrer. Aún los extraños. La vida de las sociedades no son planas, son millones de laberintos que se entrecruzan.

Y cambian. A veces mejoran, otras empeoran, pero NUNCA están estáticas. No has notado como hay gente que unos días están más preocupadas por llegar que por el camino, por ejemplo?

Le Fay ʚïɞ said...

Amigaaa q gran historia la del chico q se bañabnaa y justo cuando te hiba a preguntar... cual es la calle?... zaz q se renta!! NOOOOO ojala pudiera leer tu post porq me he reido tantooooo....
Te confiezo q yo tampoco voy por el mismo camino y tmb me fijo tal ves demaciado en los q estan a mi alrededor...
Me encanco leerte!!
Un beso grande

Le Fay ʚïɞ said...

Amigaaa q gran historia la del chico q se bañabnaa y justo cuando te hiba a preguntar... cual es la calle?... zaz q se renta!! NOOOOO ojala pudiera leer tu post porq me he reido tantooooo....
Te confiezo q yo tampoco voy por el mismo camino y tmb me fijo tal ves demaciado en los q estan a mi alrededor...
Me encanco leerte!!
Un beso grande