20080831

¿Qué has hecho de mi?

Hoy tengo una cita.

Hoy salgo con Supermárquez

Me despierto de una siesta que tomé y me meto en la regadera. Me arreglo para él.

El atuendo no incluye un vestido sexy ni un peinado casual… Llevo pegada a la piel mi ropa térmica. Después unos pantalones impermeables, playera de algodón, chaleco “polar”, una chamarra impermeable y encima un chaleco reflejante. Llevo puestas mis loderas y unas botas de “Goretex”.

Mi bolsa es en realidad una maleta en donde guardo un poncho extra, una muda de ropa seca, una linterna para la cabeza, mis guantes de carnaza, 2 Talkabout y baterías de repuesto.

Él llega por mi cerca de las ocho y ya viene con las manos llenas de aceite. Ha estado ajustando los faros de niebla y revisando el “winch”.

Nos saludamos de prisa, pues ya tendríamos que estar en el punto de reunión. Nos subimos al “güero”, y él repasa en voz alta el inventario de cosas que no debemos olividar.

Es una noche fría y especialmente tranquila. Yo observo una luna llena en lo alto y sé que para él pasa desapercibida. Lo observo y sé que trae ahora un look más “Indiana Jones”, pero aún así, lo sigo pensando de acero.

Nos reunimos con amigos que traen atuendos similares al mío. Ajustamos los radios y cargamos en el “GPS” la ruta que seguiremos.

Y así nos internamos en el bosque.

Lejos de las luces de la ciudad, la luna se refleja en el agua aún más intensa. Bajo mi ventana y escucho los grillos cantar. Un grupo de luciérnagas pasa enfrente de nosotros y el escenario es perfecto para una velada “romántica”.

Lo será, lo sé. Es sólo que con el tiempo he ido ajustando mis definiciones.

Mientras avanzamos por un cerro lleno de lodo, empieza a caer una lluvia copiosa que nos hace perder cada vez más fricción y hace difícil el ascenso.

-“Agárrate fuerte chaparra que vamos a colear” – es su forma de decirme que me quiere.

Entre hoyos y vados, piedras, lodo y charcos, seguimos avanzando en la noche, hasta que el agua consigue quitarnos toda la fricción de las llantas. Él se baja en medio de la lluvia y amarra el coche a un árbol con la eslinga. Tan pronto se asegura de que no se moverá sale corriendo a ayudar al resto del grupo.

Yo bajo del auto y siento mi bota hundirse 30cm en el lodo. Es difícil caminar y lo hago lento y con cuidado. Ya llevo puesta la linterna y los guantes y me acerco a dónde él está.

Lo veo completamente empapado y con una sonrisa que se distingue a distancia. No hay ni un rastro de temor en su rostro y sé bien que ésta es justo la aventura que esperaba. Yo no puedo evitar sonreírle y sentirme segura a su lado.

La subida se ha complicado mucho, lo que hace muy largo el paseo. Pero a ninguno le importa.

Habemos pocas mujeres en el grupo y sólo dos estamos debajo de los coches. Nos reimos, jugamos en el lodo, ayudamos en lo que podemos, avisamos de los que están atorados y cuando podemos les enviamos agua a los más cansados.

Y después de mucho batallar, cuando el reloj ya se acerca a las 3.00AM, logramos llegar a la cima. La ciudad se observa aún luminosa en lo lejano y nosotros nos sentimos victoriosos y felices.

Ahí, en medio del lodo, con los brazos cansados y el rostro lleno de tierra, con la luna aún espiando en lo alto, es donde tendremos la cena.

Supermárquez me alcanza un sándwich y con una sonrisa burlona me dice “te ves linda”.

Regresamos a casa, con el amanecer en nuestra espalda. Dejamos en la entrada la ropa lodoza, las herramientas y equipo. Cansados nos vamos desvistiendo, nos bañamos en automático y caemos rendidos en la cama.

Esta noche lo he visto ser un super héroe, un personaje de acción, un lobo en su cueva.

Pero al lado mío duerme y descansa sólo un hombre.

Ese es el hombre que amo.







5 comments:

Irantzu said...

me gustó tu blog!
gracias por tu visita...
por la foto veo que la historia es real... original cena, buen relato además... :)

Georgells said...

El secreto del veradero amor está en saber descubrir la magia en lo que hace la otra persona, por ordinario o raro que sea para nosotros.

Felicidades por el triunfo, que también haces tuyo, y felicidades por ser ustedes dos un par de superhéroes!

Jorge

Loris Lane said...

Irantzu, gracias por la visita. Y sí, el relato es real.. jeje

Jorge, gracias por lo de superhéroe... por supuesto que acepto el término con una mal fingida modestia..jaja

Anonymous said...

Estar con la naturaleza, mas cuando ella se hace dificil de conocer, es ahi cuando mas descubrimos cuanta energia tenemos nosotros y no la usamos.. que sigan las caminatas, descubrimientos.. y que camines siempre junto con tu hombre de acero.. y a veces, de lodo!

Loris Lane said...

Gracias lobo por la visita... y tienes razón... ha sido un viaje padre, descubrir de lo que soy capaz en la intemperie... jeje